Meditación gratitud. Con esta meditación de gratitud conseguirás conectarte con el sentimiento de gratitud, que te ayudará a encontrar felicidad y paz. Realizar esta meditación guiada para ejercitar la gratitud cuando te sientas constantemente insatisfecha.
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¡¡Hola criaturas hermosas!!
Hoy os traigo una hermosa meditación guiada para conectarnos con el sentimiento de gratitud.
En esta meditación focalizaremos nuestra atención en el sentimiento de gratitud y trabajaremos la técnica taoísta de la sonrisa interior para agradecer a cada parte de nuestro cuerpo por todo el trabajo que realiza día a día.
Realiza esta meditación cuando te sientas constantemente insatisfecha y quieras dedicar unos minutos a tomar consciencia de lo afortunada que eres.
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Espero de todo corazón que disfrutes de esta meditación y que te ayude en tu camino espiritual.
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Voz, guión y edición de audio: Silvia Serrano
Imágenes: Pixabay
Música intro, explicación de la meditación y outro: Diego Navarro
Música episodio: Blossom · Liborio Conti
Te doy la bienvenida a esta meditación. Hoy te traigo una meditación para ejercitar la gratitud.
En esta meditación focalizaremos nuestra atención en el sentimiento de gratitud y trabajaremos la técnica taoísta de la sonrisa interior para agradecer a cada parte de nuestro cuerpo por todo el trabajo que realiza día a día.
Realiza esta meditación cuando te sientas constantemente insatisfecha y quieras dedicar unos minutos a tomar conciencia de lo afortunada que eres.
Encuentra un lugar tranquilo, sin demasiada luz. Siéntate con las piernas cruzadas sobre un cojín o, si esto te resulta incómodo, en una silla con respaldo.
Cuando estés lista, comenzamos.
(Gong inicio de la meditación)
Observa por un momento tu cuerpo. Inspira y espira, dejando ir toda la tensión acumulada.
Presta atención a tu postura. Asegúrate de que tu espalda está recta, los hombros relajados y la barbilla paralela al suelo. Pon tus manos en las rodillas, y relaja los brazos. Si tus rodillas no tocan el suelo, utiliza un cojín para conseguir erguir tu espalda y que tus rodillas reposen en el suelo.
Baja la mirada, y déjala fija en algún punto delante de ti, a una distancia que te resulte cómoda.
Comienza a respirar desde el abdomen. Inspira por la nariz, y espira por la boca, sintiendo como con cada inspiración te llenas de energía positiva y a cada espiración dejas ir toda la energía negativa que había en tu interior.
Asegúrate de que tu cuerpo está relajado, suelta toda la tensión.
Ahora, comienza a enumerar mentalmente todas las pequeñas cosas por las que te sientes agradecida en el día de hoy.
Haz un repaso mental desde el momento en el que abriste los ojos esta mañana… lo que desayunaste… lo que hiciste hasta la hora del almuerzo…lo que comiste… lo que hiciste después.
Dirige la atención también a todas esas personas que se cruzaron por tu vida hoy. Dale las gracias por estar ahí, cuidándote, preocupándose por ti desde los gestos aparentemente más insignificantes, pero que contribuyen a tu felicidad.
Sigue recordando cada pequeño detalle que logró sacarte una sonrisa hoy.
Da las gracias por todas las cosas buenas, pero también por todas las cosas menos buenas, o que te hicieron sentir incómoda, porque todas ellas te ayudan a crecer y seguir evolucionando para convertirte en la mejor versión de ti misma.
Siente cómo el sentimiento de gratitud despierta en tu pecho, y se va haciendo cada vez más intenso, a medida que agradeces por todas las cosas que ocurrieron hoy.
Cuando sientas que has enumerado todas las cosas quédate ahí, sintiendo el sentimiento de gratitud. Fundiéndote con él.
Si te viene a la mente alguna otra cosa por la que estás agradecida, dale la bienvenida y deja que contribuya a hacer más y más grande este sentimiento que crece en tu pecho.
Ahora, visualiza una fuente de energía sonriente situada justo enfrente de ti. Puede ser que te venga a la mente la imagen de tu propio rostro sonriente, o quizá la de alguna persona a la que quieres o respetas.
Siente como esta energía sonriente se va acumulando entre tus cejas.
Permite que esta energía comience a fluir hacia abajo. Primero por tu cara, luego por tu cuello… después por detrás del esternón… Hasta sentir como este chorro de energía sonriente fluye hasta llegar a tu corazón. Deja que alivie cualquier tipo de tensión que exista en esta zona.
Vuelve a conectar con el sentimiento de gratitud que se ha generado en tu pecho.
En la siguiente inspiración siente como tus pulmones se llenan de amor y gratitud. Siente como respiran con felicidad.
Ahora, envía esta energía sonriente a tu hígado, situado justo debajo de las costillas a la derecha. Siente como se suaviza con tu sonrisa.
Permite que la energía sonriente fluya por tu abdomen hasta el páncreas, en la parte de abajo de tus costillas a la izquierda. Agradélece por el trabajo que realiza y por estar sano y fuerte.
Continúa por la izquierda, y agradece ahora al bazo por su duro trabajo.
Dirige ahora la sonrisa a los riñones, que están justo por debajo de las costillas, a ambos lados de la columna vertebral. Dales las gracias por todo el trabajo que realizan sin descanso.
Sonríe a las glándulas suprarrenales, que están justo encima de los riñones. Puede ser que sientas una explosión de adrenalina. Dale la bienvenida, agradécela.
Envía ahora energía sonriente a la parte baja del abdomen. Agradece a tu vejiga. Agradece a tu útero por todo el placer que te brinda. A tu vagina y a tu clítoris.
Agradece a tus piernas por permitirte caminar, correr, bailar. Y agradece a tus brazos por permitirte sostener, trabajar, comer.
Por último, envía energía sonriente a la zona del ombligo… y siente como esta energía sonriente de amor y gratitud se empieza a almacenar ahí… en un punto unos tres centímetros en el interior del cuerpo a la altura del ombligo. Guárdala ahí, consciente de que puedes despertar esta energía siempre que lo necesites.
Centra ahora la atención en tu respiración, y poco a poco vuelve al lugar en el que estás sentada. Junta las palmas de tus manos y llévalas al corazón, en posición de rezo. Inclínate hacia delante en señal de gratitud.
Agradecerte a ti misma por dedicarte estos minutos. Agradece el lugar en el que te encuentras. Agradece el universo por ser tal y como es y permitirte ser aquí y ahora.
Inspira, espira profundamente, baja las manos y deja ir la meditación.
(Gong fin de la meditación)
Gracias por dejarme acompañarte hoy en tu meditación.
Namasté 😊