Meditación ANSIEDAD guiada |15 minutos | Encuentra tu paz interior

Meditación ansiedad guiada. Transcripción:

Hola, soy Silvia.

Te doy la bienvenida a esta meditación. Hoy te traigo una meditación para superar la ansiedad.

En esta meditación reflexionaremos sobre el motivo o los motivos que nos están causando ansiedad, y utilizaremos la visualización para enfrentarnos a ella y superarla.

Puedes realizar esta meditación tanto si sientes ansiedad en este momento como si la has sufrido en el pasado y quieres prevenirla en el futuro.

Si sufres ansiedad de forma habitual, te recomiendo llevar un diario donde apuntes pensamientos, miedos… y un registro de cuándo la has sentido, para poder entender mejor cuáles son los factores que la están causando. Esto te ayudará a experimentar más beneficios cuando realices la meditación que te propongo hoy.

Encuentra un lugar tranquilo, sin demasiada luz. Siéntate o túmbate en una postura cómoda. Te recomiendo sentarte en una esterilla sobre un cojín con las piernas cruzadas, en posición de loto. Pero si estás muy alterada, sientes mucha ansiedad ahora mismo y estar sentada te genera más tensión, no pasa nada, puedes tumbarte en la esterilla, o incluso en la cama, para relajar completamente tu cuerpo.

Cuando estés lista, comenzamos.

Gong inicio de meditación

Cierra los ojos. Respira profundamente.

Estás aquí, y ahora. Y en este aquí y ahora estás bien.

Estás segura. Y estás a salvo. Permítete relajarte.

Aquí no hay peligros. Aquí no hay amenazas.

Te encuentras ahora mismo en un lugar de paz, amor y compasión.

Estás en un lugar donde puedes ser honesta contigo misma porque ni tu, ni nadie, te va a juzgar.

Abraza el sentimiento de paz que se está creando en tu interior.

Repite después de mi…

Estoy a salvo.

Soy capaz de cuidarme a mí misma.

Puedo sentir mis emociones y no pasará nada.

Permito que mi cuerpo libere la tensión acumulada.

Estoy conectada con una fuente de amor que me protege.

Poco a poco, ve tomando conciencia de tu respiración. Inspira y espira, lentamente, dejando ir toda la tensión acumulada.

Asegúrate de que tu cuerpo está relajado, suelta toda la tensión.

Sigue inspirando y espirando, soltando y relajando tu cuerpo con cada inspiración… y cada espiración.

Cuando lo sientas, comienza a llevar tu atención en este sentimiento de ansiedad que estás sintiendo ahora mismo. Si ahora mismo no lo sientes, comienza a visualizar un momento en el que sí que la sentiste. Intenta volver a esa sensación, y deja que fluya por tu cuerpo, sin juzgarla. Siente lo que sentía tu cuerpo. Observa los pensamientos que se generaban en tu mente. Haz aquello que tengas que hacer para que vuelva a aflorar la ansiedad en tu cuerpo.

Recuerdate que te encuentras en un lugar de paz, de seguridad, de calma…y desde este espacio permítete analizar este sentimiento de ansiedad que estás, conscientemente, despertando en ti. 

Ahora, comienza a reflexionar sobre los motivos que la pueden estar causando.

Toma conciencia de que esta emoción te está alertando de que algo no está bien. De que hay algo que debe cambiar. Tómate el tiempo de reflexionar sobre qué es lo que ha desatado esta emoción.

Si no eres capaz de averiguar el motivo, no te preocupes. Lo importante es que estás dedicando este tiempo a escuchar a esta emoción. Quizá no haya un motivo racional, pero puede que en el plano emocional… o el plano espiritual… haya cosas que están cambiando, por el simple hecho de escuchar a esta emoción.

Sigue ahí, escuchando a tu ansiedad y permitiéndola hacer los cambios que ha venido a hacer.

Párate por un momento a pensar qué relación tienes con esta emoción. Lo más probable es que estés pensando en esta emoción como si fuera tu enemigo. Algo que te hace mal. Algo que es la razón de tu malestar. Intenta reformular este pensamiento. Date cuenta de que esta emoción ha venido a ayudarte. Y que el problema no es esta emoción, sino el motivo que la ha desatado. Dale las gracias por alertarte de que algo no está bien, por permitirte tomar conciencia de que existe un problema que debes atender.

Obsérvate a ti misma sintiendo conscientemente que tienes ansiedad. Respira profundamente, y relaja tu cuerpo.

Sigue respirando profundamente.

Comprueba como la respiración te ayuda a sentirte tranquila, y te devuelve al momento presente.

Poco a poco, visualiza como cada inspiración te llena de confianza y seguridad en ti misma, y como cada exhalación ayuda a liberar la ansiedad. Sigue respirando profundamente. Inspira… y espira… dejando ir toda tu ansiedad.

Visualízate a ti misma sintiéndote segura, feliz, en completa paz. Si has podido determinar un motivo  que está causando esta ansiedad, visualízate a ti misma en una situación en el que ese motivo se ha solucionado. Intenta concretar, aporta todos los detalles que puedas a esta visualización. ¿Qué ha cambiado? ¿Cómo te sientes ahora? ¿Dónde estás? Sigue recreándote en esta visualización, aportando tantos detalles como puedas imaginar.

Repite después de mi:

Dejo ir el miedo y lo reemplazo con amor

Encuentro la salud en mi interior

Yo soy mi propia paz

Yo irradio energía pacífica

Lo dejo ir y lo dejo ser

Yo estoy en paz

Cuando lo sientas, centra la atención en tu respiración. Inspira… y espira… profundamente.

Toma conciencia de tu cuerpo… Abre los ojos lentamente, y toma conciencia del lugar en el que te encuentras.

Lleva las manos al corazón, en posición de rezo e inclina ligeramente tu cabeza hacia delante, en señal de gratitud.

Agradece a tu ansiedad por la lección que te ha enseñado hoy. Recuerda que esta emoción no es nuestra enemiga, sino una compañera, una maestra, que nos ayuda a mejorar y sanar.

Agradecerte a ti misma por dedicarte este tiempo a cuidarte. Por tu valentía y tu dedicación.

Agradece al lugar en el que te encuentras. Dale las gracias por haberte transmitido esta paz y seguridad que te ha permitido profundizar en tu práctica.

Y por último, agradece al universo por ser tal y como es, por su amor y compasión incondicional, y por permitirte ser aquí y ahora.

Repite después de mí:  “Ahora sé cómo afrontar la ansiedad. Puedo superarla todas las veces que se me presente.”

Realiza una última y profunda inspiración. Espira, y con la espiración, suéltalo todo, baja las manos y deja ir la meditación.

Gong fin de meditación

Gracias de corazón por dejarme acompañarte hoy en tu meditación. 

Namasté 😊